Es una buena especialidad, eso de nunca saber bastante. En realidad es lo bueno de nuestro trabajo, o mejor dicho, cuando llegamos a este punto: ¡Es lo que hace de el nuestra pasión! Esa pasión que nos une: el Pilates.
¿Porque nunca sabemos suficiente? y ¿Porque para algunos de nosotros, el no saber bastante es un problema que nos provoca inseguridad?
Pues bien, eso de no saber bastante, no tiene que crearle a nadie inseguridad, ya que es una ventaja: es que nos gusta lo que hacemos, y lo queremos hacer siempre lo mejor posible. Pero claro, abarca tanto que es difícil saber tanto de tanto… vaya redundancias, pero insisto en que es difícil aclararse, sobre todo al principio.
Lo primero es conseguir conocimientos básicos globales sobre anatomía y biomecánica. Hay que entender como funciona el cuerpo humano; sus problemáticas, sus fuerzas, sus debilidades,…
Con lo cual lo fundamental es una buena teoría, y luego una aplicación de los conocimientos, progresiva y con mucha ética.
Al contrario de lo que piensan algunos instructores recién formados, la experiencia no es inalcanzable, se consigue con paciencia y ganas de aprender, pero también hay que lanzarse como profesor.
Lo segundo es elegir un camino, una especialidad que nos ayudara a desarollar nuestra capacidad profesional. Claro esta que no podemos saber todo de todo, y como el pilates se aplica a personas de todas las edades o casi, de todos las condiciones físicas o casi, incluye el trabajo con lesiones, patologías, dolores, embarazos…. para deportistas, etc., etc., etc……….. llega un momento en el cual, si no queremos perdernos, tenemos que decidir en que campos queremos trabajar y ser cada día mejores!!!!
Yo elegí la corrección postural, porque disfruto con la complejidad del cuerpo humano en general y del trabajo aplicado a cada individuo en particular. No dejo nunca de aprender, no descanso de esto, tengo esa gran suerte, la de «Mi trabajo es mi pasión, mi Hobbie». Creo e imparto talleres, imparto cursos de formación, pero lo que nunca dejo de hacer es, leer, y cada vez que mi agenda me lo permite, me sigo formando, si, como alumna, y eso es lo mejor, porque siempre tenemos que aprender, y sino repasar los conocimientos. Por eso cada vez que surge la oportunidad, me vuelvo alumna una y otra vez, y lo disfruto, y lo comparto con mis otros compañeros profesores.
Nunca se sabe bastante, insisto !
Es lo bueno de ser profesionales de este Gran Método, el saber que hasta el final seguirás aprendiendo, disfrutando, mejorando y compartiendo con tus alumnos, esos resultados tan positivos que se consiguen.
Una alumna me dijo un día «Emilie, la información es poder», y es cierto, pero de que poder hablamos? No quiero PODER, quiero COMPARTIR la información, con mis alumnos, mis compañeros…, no solo dar, sino recibir, mucha, mucha, mucha información, porque así no se deja de crecer tanto a nivel personal como profesional.
Ese poder no se tiene que convertir en un poder de superioridad, no tiene que ser tan competitivo, también lo que sabemos, lo hemos aprendido de otros. Tiene que ser un poder de intercambio: todos tenemos cosas que aprender y cosas que dar.
El camino es largo, pero es sencillo, se llama información y paciencia; los libros, internet, los seminarios y talleres a los cuales hemos asistido, y nuestro día a día, nuestra propia experiencia…
Nuestros alumnos, ellos son los que cuentan y hacen que nos apasione nuestro trabajo, y por ellos nos formamos y queremos seguir mejorando.
Pero recordad…. nunca se sabe bastante! Disfrutad de ello..